CONTADOR DE VISITAS

sábado, 27 de agosto de 2011

CAPITULO IV


-Yo atiendo (Dijo Simon, yendo hacia el aparato)
-Hace 2 meses John… ¿Qué fue del empleo que ella tenía en la biblioteca de la Universidad?
-No lo sé Roger… entre el golpe, la fractura, los dolores… la amargura… (Y se sentó) Nick… (Aquel atendió) ¿Preguntaste allí?
-Sí… dijeron que se había ido y que no sabían dónde porque ya no estudiaba más.
-¿Ves? Roger…
-Pero tienes su nombre…
-Sí… el nombre.
-¿Te dieron su apellido? Nick… Nick… deja de mirar hacia allí que no vas a encontrar nada… seguro que está otra vez mirando las palomas…
-Lo siento… (Y volvió la mirada hacia ellos) no… me dijeron que no podían dármelo. Que eso era información privada… y qué se yo cuántas cosas más habló esa mujer… (Sus ojos verdes se depositaron sobre aquella figura lánguida que esperaba en esa esquina) no puede ser… (Repitió en voz alta)
-¿Qué no puede ser? Nick… (Cuestionó John)
-Deja que me cerciore bien… y luego te digo…
-¿Qué estás viendo?
-Debe ser alguna de esas palomas que le gusta ver a él… esas que se aman en la cornisa… es un enfermo… (Habló Roger)
-No soy ningún enfermo Roger Taylor… mira John… mira… ven… apresúrate… es… es…
-Qué es… Nick… (Dijo desesperado el joven)
-Es ella… es ella…
-¿Dónde?... ¿Dónde? (Y se asomó a la ventana)
-Allí subió… a ese auto.
-Mírale la patente…
-Dame un papel… apresúrate.
La desesperación fue tan grande que al girar la muleta se enredó en su pie haciendo que cayera al suelo. El golpe asustó a todos.
-John… (Habló poniéndose en cuclillas para ayudarlo)
-Mira Nick… estas cosas haces para que nuestro amigo caiga al suelo.
-Bueno Roger… no quise hacerlo.
-No interesa… dime la patente… dímela Nick…
-Lo siento John… se me olvidó con el susto que me diste… no la recuerdo…
-Ay… (Y se puso de pie con la ayuda del otro) debería matarte…
-No… creo que yo estoy más desesperado que tú en encontrarla.
-Cállate Nick… (Reprendió Roger) deja de fabular.
Allí entraba Simon.
-¿Qué les sucede a ustedes que están en el suelo?
-Tu amiguito… que creyó ver a la chica y… (Habló Roger)
-Era ella Simon… ¿verdad John?
-¿Verdad? (Cuestionó el rubio del grupo)
-Sí… era ella… sin embargo este neófito me hizo poner nervioso y me caí.
-¿Y?
-¿Y? se olvidó la patente del auto. (Dijo mientras se acomodaba en el sillón)
-Hoy te quedarás sin comer… Nick… por ser un chico malo… (Y sonrió) vamos… ya la vas a encontrar cuando menos lo pienses John… no te obsesiones… además les tengo muy buenas noticias…
-¿Cuáles? (Cuestionó Nick volviendo a mirar por la ventana)
-Nuevos recitales y una propuesta para grabar otro LP… y lo más novedoso… que lo quieren en vivo… EMI lo quiere en vivo…
-Okey… entonces se acabaron las vacaciones… habrá que comenzar a componer… (Opinó Roger)
-Así es…
A la sala entró Andy. El silencio reinó.
-Hey… ni que hubiese entrado el papa… ¿sucedió algo importante durante mi ausencia? (Y se asomó por la ventana)
-No… ¿Por qué habría de suceder algo?
-¿Sabes Nick? Porque estás viendo por la ventana y en estos momentos no hay palomas… entonces la conclusión es que algo sucedió para que te asomaras por ella…
-Creí ver a la chica.
-A… la chica… (Dijo mientras se sentaba en una silla, que se hallaba un poco alejada del resto de integrantes) esa chica…
Todos prestaron atención, sabían que él no ignoraba los datos de su paradero.
-Hey… me miran como si yo supiese algo que ustedes no.
Simon LeBon se le aproximó, bajó su boca hasta el oído izquierdo de Andy y le susurró:
-Viniendo de ti… sé que sabes dónde se encuentra… y sé la trampa que le estás tendiendo a John.
Se incorporó y salió de la sala. Los demás lo observaron.
-Bueno… asique EMI quiere que grabemos un LP en vivo…
-Sí Andy… no sé por qué preguntas cosas obvias si ya sabes todo lo que sucede aquí. (El muchacho vio partir también a Roger Taylor, el cual se encontró con Simon en otra sala)
-¿Ustedes dos también tienen algo que decir?
-Yo no… (Contestó Nick Rhodes parándose al lado de la ventana)
-¿Y tú… John?
-Mañana me quitan el yeso…
-Okey… si quieres puedo acompañarte.
-Gracias… pero… creo que irá Simon conmigo. (E hizo silencio, mientras recordaba a Sally, que siquiera una foto suya tenía, no obstante su rostro continuaba intacto en su mente)

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