CONTADOR DE VISITAS

sábado, 24 de septiembre de 2011

CAPITULO V


Al día siguiente Andy fue a visitar a la joven a la pensión donde residía desde aquel día en el que, al ver que John nunca regresó, le dijo a su amiga Karen que aceptaría la ayuda de aquel desconocido. El muchacho llegó, sus anteojos negros ocultaban su real identidad. Ella lo hizo pasar a la pequeña habitación, humildemente amueblada. Él se sentó en la única silla que se hallaba allí, el sol se filtraba tenue por la pequeña ventana de madera que miraba hacia el oeste.
-Pasaba por aquí y recordé que hoy era el día del vencimiento del mes.
-Sí… (Contestó mientras se restregaba las manos entre sí por los nervios) hoy se vence el alquiler.
-¿Cómo te trata el trabajo?
-Bien… trato de adaptarme. No es lo que me gusta hacer… pero… trato de poner voluntad.
-Por supuesto… y dime… el joven ese que te dijo que te iba a ayudar… ¿Cómo se llamaba?
Sally lo miró desconcertada. No recordaba haberle contado sobre él, no obstante pensó que, tal vez Karen, amiga de ambos lo había hecho.
-John… pero ya no interesa… veo que no le importó mi problema, fui solo una apuesta.
-Esa gente le gusta apostar, se la pasan jugando entre sí. Les agrada burlarse… además cuando ven problemas… huyen…
-Seguramente…
-Les atrae jugar con los sentimientos de las personas… personas sensibles como tú… además ellos tienen cientos de fans y mujeres para elegir todas las noches que salen de fiesta.
-Por supuesto…
-Bueno… Linda… un día de estos te voy a invitar a beber unos tragos… necesito salir y no tengo con quién…
-Sí… aunque no bebo mucho…
-Toma… te dejo el dinero para que pagues el mes.
-Gracias…
-Gracias a ti…
Salió y con él, la esperanza de la muchacha. Las palabras aquellas resonaron una y otra vez en sus oídos.
-Él se burló… él se burló de mí… no puede ser cierto si me dijo: “Te prometo que siempre estaré contigo, si me lo permites”… y yo le creí… era tan sincero… (Se contestó así misma e hizo partícipe a su soledad ya que sus animales los había dejado al cuidado de su amiga Cindi.)
Más allá Simon y John dialogaban, mientras esperaban al médico que le retiraría el yeso.
-No entiendo a Andy… no sé porqué actúa así.
-Mira John (Y encendió un cigarrillo) creo que ya tienes experiencia suficiente con lo sucedido en el ´80.
-¿Tú crees que él algo sabe?
-No puedo asegurarlo… qué se yo… pero su cabeza… no sé qué atesora allí… y menos su corazón.
-Pobre Andy… tal vez estamos juzgándolo mal.
LeBon lo observó y se consumió el cigarro de una sola vez. El médico salió e hizo pasar a Taylor al consultorio. Por más de 30 minutos estuvo allí. Afuera una tormenta anunciaba el fin del verano. Los truenos llenaron el lugar y la curiosidad llevó a este a mirar hacia afuera. Parado allí, detrás de aquel ventanal vio pasar a varias personas corriendo por la vereda. Sus ojos se fueron tras aquella figura delgada que transitaba contra todos los transeúntes.
-Que parecida a esa chica…
Alguien apoyó la mano sobre su hombro, haciendo que este se asustara.
-Ay…
-¿Qué sucede?
-Mira… mira esa chica…
-¿Cuál? (Y miró desesperadamente)
-Iba allí… dónde se fue… (Salió y se paró en la vereda, la lluvia lo empapaba, sus ojos eran inundados por esta. Sin pensarlo dos veces gritó el nombre de ella) Sally… Sally…
Los truenos taparon el nombre, el nombre que ella misma no pudo escuchar. Regreso dentro, abatido le dijo a Le bon
-No contestó…
-Lo siento John… lo siento.