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jueves, 28 de julio de 2011

UNA MONEDA AL AIRE



Hacía ya varios minutos que los cinco muchachos miraban a las jóvenes sentadas en aquella mesa que se encontraba apartada del resto de la gente. La ociosidad iba de la mano de estos, es más, estaba sentada con ellos. Y mientras el año 1983 corría por el mes de julio, y las giras y los conciertos se detenían un momento, ellos también lo hacían para dejar escapar un poco la imaginación. Pero no tanto, ya que no sabían en qué enorme problema se estaban metiendo, y más aquel que dijo: -Ya que nadie se anima a hablarla, propongo que arrojemos una moneda al aire, y al que le caiga la suerte, vaya y encare la situación. ¿Les parece?- (habló mientras le brillaban los azules y le caía un mechón rubio sobre su ojo derecho)
-Me gusta la idea, total no hay nada que perder- (se refirió el guitarrista del grupo)
-Hey… Roger… ¿no opinas nada?
- Yo ya tengo novia… -
-Bueno, pero… ¿estás de acuerdo?
-Sí- (y lo miró a John que estaba muy callado)
-¿Juegas? (Habló Simón)
-No me gustaría… (Contestó melancólicamente)
-He… ¿por qué? ¿Cuál es el motivo?
-Es que… (Meneó la cabeza para agregar) bueno, vamos…
Andy había captado lo que él había querido ocultar, sabía muy bien que la chica le gustaba y no deseaba perder, además, él… ya en su corazón, tramaba lo peor y sonrió.
-Bien, ya que Andy y Roger tienen novia y Nick no va a intervenir, seremos nosotros dos John.
-Bueno (y bebió un poco de cerveza)
-¿Cara o cruz?
-Cara… cara… (Dijo, perdiéndose entre sus pensamientos más ocultos)
La moneda voló por los aires, y junto con ella las ilusiones de ambos. Simon sólo quería un poco de acción, pero John deseaba amar a alguien y hacía ya varios días que venía viendo a la joven aquella. Sus ojos lo atrapaban. Y con la moneda también volaron los sueños, proyectos… y la mirada de la joven, quien observó a ese muchacho de mirar melancólico.
-No sé qué sucede en esa mesa, pero se los ve muy alegres a esos muchachos.
-Esos muchachos son los integrantes del grupo Duran Duran.
-No sabía
-Pero sí, los has escuchado, son los que pasan cuando estamos en la biblioteca de la Universidad.
-A… claro… pero realmente no lo sabía (y se quedó pensativa, algo presentía. Algo le hubiese gustado que sucediese, pero vio cómo la moneda hacía piruetas por el aire y caía como una estrella fugaz sobre el mantel blanco que se hallaba sobre la mesa que reunía a los jóvenes.) A algo están jugando, parece una apuesta.
-Y… a cada rato lo estarán haciendo. (Contestó bebiendo el último trago de vodka)
-En verdad, pero… (Y miró el reloj) ya son las 2 de la mañana y debo levantarme temprano (dijo mientras se incorporaba)
-¡Cara! (gritó LeBon, al instante que todos los presentes lo observaban). Lo siento…hay… ¡qué lástima! creo que me perdí la oportunidad de mi vida.
-Felicitaciones John (dijo Nick, mientras lo palmeaba)
-Ahora no estarás solo (animó Roger)
-Perdí… y… ¡no lo puedo creer! (Habló Simon)
El que no emitió palabra alguna fue Andy que se perdió en sus pensamientos nuevamente, agregando:
-Cuando la invites a salir…
-Sí Andy… sé lo que tengo que hacer (le contestó el joven poniéndose la campera de cuero blanca) Nos vemos. (Y salió hacia afuera).
-No le cayó nada bien lo que le dijiste, Andy.
-Sí… lo sé… lo sé… no me lo perdonará nunca. (Dijo mientras sus azules se perdían tras la figura alta, estética y lánguida de John Taylor)
Afuera, otro mundo. Otro mundo donde la lluvia no paraba. Ella esperaba a que se suspendiera el aguacero mientras su amiga se encontraba en el baño, y él encendía un cigarrillo. Todo era misterio y silencio.
Varios segundos se sucedieron hasta que él habló:
-¡Cómo llueve!
-Sí, parece que no quiere detenerse.
-Así parece… ¿estás esperando a alguien?
-No, solamente a que la lluvia cese un poco para poder cruzar e irme. (Y se atrevió a mirarle la cara. Sí que era lindo, sí que la atraía, sí que le gustaba, y mucho).
-Tengo mi auto justo enfrente ¿puedo alcanzarte hasta dónde vas?
El silencio volvió a reinar, pero luego de cavilar unos segundos contestó:
-Bueno, se me hace que no va a parar nunca. (Y esbozó una sonrisa)
-Ya regreso (dijo, al instante que cruzaba un enorme charco de agua y se detenía frente a un auto deportivo blanco)
Se zambulló en el mismo y luego de varias maniobras lo detuvo frente a ella. Le abrió la puerta y le habló diciendo: -¡Entra!
Ella hizo lo mandado y el auto desapareció entre una cortina de agua. Mientras tanto sus amigos lo observaban detrás de un gran ventanal empañado por el vapor del asombro.
-No puedo creerlo… ya le habló.
-Créelo Nick, John está muy solo, muy solo… (Contestó Roger al instante que se perdía tras unos viejos pensamientos)… Es mejor así, estará bien… estará bien. (Y se puso de pie para colocarse la campera negra). Ya es tarde, es mejor que me vaya.
-Creo que todos debemos hacerlo, ya no hay nada por hacer… (Habló Simon, lamentándose por lo ocurrido)
-Ojalá tenga mucha suerte… se ve que es una chica buena.
-Sí Nick, seguramente que pronto serás su amigo (dijo Simon palmeándole la espalda)
-Claro, probablemente vos no…
-Sí Nick, sí que lo voy a ser, si ella me lo permite. Ahora vamos, no nos preocupemos, ya mañana John nos va a contar cómo le fue.